Los seises

Según el Diccionario de Autoridades, el primer diccionario de la Real Academia Española publicado en 1739, "Seises llaman en algunas iglesias cathedrales los niños que asisten a choro, y cantan canto de órgano y contrapunto. Llámanse seises porque se fundan en este número".

Clerizones, infantes de coro, monaçillos, monaguillos, seises, ... En la iglesia de Ajalvir, en un principio eran cuatro, pasando poco después a cinco. Entre 1707 y 1740 se les nombrará como seises.

La Catedral de Toledo ya contaba en el siglo XII con cuatro niños escogidos por sus voces para cantar en los actos de culto. A partir de mediados del siglo XV, se fijó su número en seis, dando origen al nombre de “Seises”.

En el Libro III de Fábrica de la iglesia de Ajalvir, hasta la visita del año 1707, se refleja el salario de los monaçillos. A partir de este año, y continuando en el Libro IV, en las visitas de los años de 1711 a 1735, se reflejan los gastos del salario de Seises, cumpliendo su pago por San Miguel de Septiembre, además de otros gastos como zapatos, sobrepellices y ropa blanca para ellos. Continua en el Libro IV y a partir de 1740 vuelve a nombrarselos como Monacillos, continuando en el Libro V desde 1760. En 1770 se les citará como acólitos, y continuarán apareciendo hasta el final del libro VI en 1840.


Entre los años 1675 y 1679, la visita a la iglesia de Ajalvir fue realizada por el Doctor D. Alonso Martinez Abad, que en el Sinodo del año 1660 aparece como testigo sinodal: “... el Licenciado Alonso Martinez, Abad racionero y cura propio de la Santa Yglesia Magistral desta dicha villa, ...”, y examinador en el Sínodo de 1682, “El Doctor Don Alonso Martinez Abad, Vicario General de este Arzobispado, y Maestrescuela de Alcalá”, y en 1688 lo encontramos como “Dignidad y Canonigo en la Santa Iglesia Magistral de esta Villa de Alcala, y Vicario General de la Audiencia, y Corte Arzobispal della, y en todo el Arçobispado de Toledo, &c.”.

En la visita de 1677 a la iglesia de Ajalvir de D. Alonso Martinez, aparecen nombrados los monacillos: “... a gastado en el prezio y compra de doze varas de lienzo para sobrepellizes a los monazillos a siete reales y medio”. Y en los mandatos de esta visita ordena que:
    Otro si aviendo sido ynformado de la poca enseñanza de los niños de esta villa asi por omision en de no embiarlos a la esquela y averse esperimentado no criarse en buenas costumbres [...] a la asistencia de la Yglesia Mando su merced para remedio de lo qual que el sacristan de esta yglesia tenga escuela en ella aunque sean pocos los niños que acudan a ella y no solo les enseñe a leer y escrvir si no la doctrina christiana y el ayudar a misa para que lo hagan todos los dias en las que se dixeren en esta yglesia ... = y asi mismo a quatro de los niños que mas acudieren al servicio de la yglesia se les de a cada uno zapatos en la Pascua de Navidad en señal de su buena inclinacion y exercer el ministerio tan ynmediato al agrado de Dios, ...
La creación de esta escuela en la iglesia de Ajalvir pudo ser influenciada por las ideas del Dr. Antonio Escudero de Rozas, en 1649 Capellán Mayor de San Justo, maestrescuela de la iglesia Magistral, que había sido colegial Mayor de San Ildefonso, y que pasó como canónigo a la catedral de Toledo, que también tenía sus “seises”. Por disposición testamentaria en 1668, ordenó que de forma inmediata se crease un colegio bajo la advocación de los santos Justo y Pastor, legando mil ducados de renta anual para su sustento y el del rector. Con ello pretendía que "se críen muchachos que sirban al choro de la Santa Iglesia". Asi mismo pidió al abad y cabildo de la Magistral que tomaran bajo su protección dicha fundación. Deberían elegir a hijos de padres labradores o con ocupaciones decentes del entorno de Alcalá, especialmente de Torrejón de Ardoz. Asi nació el Colegio de Infantes o Seises en Alcalá de Henares a principios del siglo XVIII, en 1702.

A partir de este año de 1677, se le pagarán al sacristán 6 ducados anuales por la escuela de niños, y a cada uno de los cuatro “monaçillos” un par de zapatos anual. Así, los zapatos costaron a 11 reales el año 1680, y a 6 el año siguiente. En 1685 el número de monaçillos pasa a ser de cinco.

En 1698 los monacillos en la iglesia de Ajalvir continúan siendo cinco, cuando se les compran sobrepellices, y además comienzan a recibir un salario anual de 6 reales cada uno, que se mantendrá durante muchos años la cantidad total de 30 reales, aunque el número de monacillos se redujera a tres a mediados del siglo XVIII:
    Salario de monaçillos 97 98. Yten dos mill y quarenta mrs de salario de los monaçillos de dhos dos años a mill y veinte maravedis
    Recivensele en data tres mill setecientos y seis mrs que parecio haver gastado de los çinco sobrepellices para los monaçillos de ilo y echura ...
En 1713 parece ser que desaparece la escuela de la iglesia a cargo del sacristán: “al dho por enseñar los niños= No se carga cossa alguna por no haverse pagado por no tener escuela”.

En 1753, y años sucesivos, son tres monacillos, como se refleja claramente en 1760:
    Yt ocho mil Ciento y sesenta mrs satisfechos a los Monacillos desta yglesia, en ocho años vencidos en san Miguel de septiembre de este presente de la fecha, al respecto de 30 reales en cada uno, diez a cada monacillo de los tres que asisten

Al final del último libro de fábrica, en 1837, se refleja como se mantiene todavía la constumbre de comprar zapatos a los monaguillos:

    Este mismo [el cura] ha mandado que por via de gratificacion se les compre por la fabrica doce pares de zapatos desde el tiempo que ha mediado desde la ultima visita, su importe ciento cuarenta y siete reales, ...

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