Pascasio Jiménez de Ajalvir


Pascasio Jiménez de Ajalvir, que era capellán del Cardenal Gil de Albornoz en el año 1358 cuando éste estaba delegado en Roma, había estudiado anteriormente derecho canónico en Salamanca, según reflejan antiguos documentos papales de la época de su sede en Aviñón, Inocencio VI y Urbano V.


...EXIMINI DE HAIALVIR, PASCASIUS, capellanus [Egidii cardinalis], peritus in iure,…

“[1358. septiembre, 30. Aviñon]. El cardenal Albornoz suplica al papa Inocencio VI reserve a favor de Pascasio Jiménez de Ajalvir …”

"… suo Pascasio Eximini de Haialvir, perito in iure, in ecclesia, civitate et diocesi Salamantina; non obstante quod in eadem ecclesia ... ... ecclesiam de Haialvir, ..."
Diplomatario del Cardenal Gil de Albornoz: Cancillería pontificia, 1357-1359 – Gil Álvarez Carrillo de Albornoz – 1976.

“4610. – Pascasio Eximini de Hajalvir, can. ... eccl. de Hajalvir, … unius persone, obtinentis dignitatem, person. vel off. hujusmodi, cedentis vel decedentis in eccl. ac civ. et dioc. Salamantin., 11 kal. oct. a. p. VI (30 sept. 1358) reservavit, dimissa tarnen parroch. eccl. de Hajalvir, Toletan. dioc., cum dign. vel person. aut off. c. c. assecutus fuerit; et qui, litteris apost. non confectis sed vigore supradicte gratie, ante XIV kal. dec. pont. Urbani PP. V an. I (18 nov. 1362), …”
Urbain V: Lettres communes analysées d'après les registres dits d'Avignon et du Vatican – Catholic Church. Pope (1362-1370 : Urban V), Marie-Hyacinthe Laurent, Ecole française de Rome – 1954, 1983, 1985.

Haialvir, ecclesia, Toletane diocesis.

El Cardenal Gil de Albornoz, de noble familia, se doctora en Tolouse en decretos, volviendo a Castilla. Miembro del Consejo de Alfonso XI, sucede a su tío don Jimeno de Luna en 1338 en la iglesia primada, sobresaliendo como obispo por su celo pastoral, como lo pueban los concilios celebrados en Alcalá en 1345 y 1347.

Como arzobispo de Toledo, actuó como consejero político y prestamista financiero de los cuantiosos bienes del arzobispado toledano con Alfonso XI de Castilla.

“El M.R. Arzobispo de Toledo Don Gil Albarez de Albornoz celebro otro [concilio] en el año de mil trescientos quarenta y siete=”
Descripción de los pueblos que comprende la Vicaría General de Alcalá de Henares – 1787.

Al subir al trono Pedro I en 1350, el arzobispo cayó en desgracia, como muchos de los favoritos de Alfonso XI, teniendo que exiliarse en la corte papal en Aviñon, donde es nombrado cardenal de San Clemente, y en 1353 es enviado a Italia como legado pontificio por Inocencio VI, para recuperar para el papado los estados perdidos.

Gil Albarez de Albornoz figura entre los primeros en la larga lista de los desterrados del reinado de Pedro I. En diciembre de 1350 se traslada a Aviñón, lugar en el que se formará un núcleo de exiliados en el que figuran numerosos eclesiásticos.

¿Formaba parte Pascasio Jimenez de Ajalvir de este núcleo?

A partir de mediados del siglo XIV, el éxodo de estudiantes castellanos a Europa se asemeja a una huida para librarse de la tiranía de Pedro el Cruel, que se ensaña principalmente con las familias nobles de Toledo. A partir de 1364, cuando Gil de Albornoz crea el Colegio de San Clemente en Bolonia, poco a poco se va formando en esta un nutrido grupo escolar que puede calificarse de salmantinos en el exilio.

Egidio Álvarez de Albornoz y Luna, también conocido como Gil de Albornoz o Gil Carrillo de Albornoz, fue arzobispo de Toledo de 1338 a 1350, y cardenal de la Iglesia Católica desde 1350.

En mayo de 1339, concilio de Toledo. En este año y siguientes, según los Anales Complutenses, visitó todas las aldeas de Alcalá. Lo hizo “confirmando con el crisma como obispo y, los fueros con su sello, como Señor, y haciendo otras mercedes a aquellos sus fieles vasallos.”

En 1362 falleció Inocencio VI, y tras rechazar Gil de Albornoz la tiara que le fue ofrecida, resultó elegido el 28 de septiembre de 1362 Urbano V.

“Albornoz (El Cardenal Gil de). Fundó el Colegio de San Clemente de los Españoles en Bolonia. Honores que le hizo Urbano V, quando volvió a Aviñon, por lo que trabajó en la quietud de la Iglesia.”

Aviñón, a medio camino entre Italia y España, fue la residencia de los Papas desde 1309 hasta 1377. Inocencio VI fue nombrado papa en 1352, y en 1354 envió a Roma al cardenal Gil Álvarez de Albornoz, para que acabara con las revueltas en que vivía inmersa la ciudad. Una vez restablecido el orden, Inocencio le confió el gobierno de los Estados Pontificios.

El cardenal Albornoz contribuye al modelo universitario colegial que habrá de difundirse en Castilla, creando el colegio de San Clemente de Bolonia en 1364, al que legó en herencia para su construcción todo su patrimonio. Muere en 1367.

“… del resto de mis bienes mando y ordeno que en la ciudad de Bolonia y en lugar decente, es a saber, cerca de la universidad, se haga un colegio… la cual casa o colegio quiero que se llame Casa de los Españoles.”

El Collegium Hispanicum en Bolonia es la sede de la más antigua universidad europea, en donde estudiantes españoles se formarían para ejercer cargos de responsabilidad en España. La universidad de Bolonia había sido uno de los centros de formación para los escolares hispanos que disponían de medios suficientes, desde finales del siglo XII. El nuevo colegio recibiría a los que tuvieran rentas bajas.

“Fundó en Bolonia el célebre colegio para pobres estudiantes españoles, que tanto ha florecido después.”

El interés de Albornoz en la enseñanza lo refleja el capítulo III del Concilio de Toledo de 1339, siendo arzobispo de Toledo:
“III. Que de cada catedral y colegiata salga uno al menos de cada diez clérigos, al que se obligue a cursar teología y derecho canónico.”

El 16 de octubre de 1367, Urbano V entraba en Roma acompañado por el cardenal Gil Álvarez de Albornoz quien desde 1353, actuando como legado papal en Italia, había conseguido restablecer la soberanía papal sobre los Estados Pontificios.

En agosto murió Albornoz, lo que supuso el reinicio de las sublevaciones que el cardenal, durante su mandato como legado, había suprimido. El 5 de septiembre de 1370 Urbano abandonaba Roma, tras una estancia en la misma de casi tres años, volviendo a fijar la sede pontificia en Avignon.

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